miércoles, 22 de julio de 2009

La hija del fletero ~

Ese día me mandó al descenso, recuerdo cómo su mirada me volteó. Pero dos que 
se quieren se dicen cualquier cosa ¡Ay! si pudieras recordar sin rencor. En mi buzón
hay un par de cartas suyas, fueron juntándose y no tengo el valor. Todavía su amor
me da descargas (nunca tuvo el higo seco junto a mí). Pero a los ciegos no les
gustan los sordos, y un corazón no se endurece porque sí. No calentás la misma
cama por dos noches, me reclamaba y no lo quise oír. Hice de todo por impresionarlo
y dejé huérfano todo su penar. No me gustó cómo nos despedimos, daban sus labios
rocío y no bebí; sopa de almejas es todo lo que como (siempre fui menos que mi
reputación)


~ Patricio Rey & sus Redonditos de Ricota

No hay comentarios:

Publicar un comentario