Hay un intruso dentro mío que se queja y tiene frío, que ya no puede escribir, que miente cuando
quiero decir la verdad y dice la verdad cuando quiero mentir. Ya no se toma nada en serio, la
verdad que es un misterio ¿cómo pudo entrar en mi? A cada paso que da le falta espontaneidad,
no se tiene confianza, dice a todo que sí y cuando juega a la pelota no se anima a gambetear,
juega para la tribuna, no juega para ganar. Este intruso come que da miedo y duerme hasta el
mediodía, no sé más qué hacer con él, con su lujuria, su pereza, su codicia y los cuatro capitanes
que le metió lucifer. Si se cruzan con su mirada déjenla en su caminar, pasada la sudestada ella
se va a comunicar. Que la culpa no les carcoma los huesos, ya va a haber tiempo para las risas,
los abrazos y los besos. Déjenla en su mundo, un mundo muy poco profundo, donde no se ríe,
donde no se llora, donde no se vive a pleno ni el presente, ni el ahora. Lo único que me enferma
es saber que en la perra vida jamás me voy a deshacer de él, siempre adentro mío, fiel a su
promesa de quemarme la cabeza para que yo sea infeliz ¡Me enferma comprender que forma
parte de mí!
~ LPDA
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